lunes, 7 de febrero de 2011

La pitonisa de Delfos estaba "colocada"

La pitonisa del templo de Apolo, en Delfos, interpretaba los mensajes que el dios daba a las preguntas de los visitantes. Era una mujer de la zona, sin ningún don especial, que se convertía en instrumento de transmisión entre Apolo y los hombres. El día del oráculo, la pitonisa se purificaba en las aguas de la cercana fuente Castalia y se engalanaba. A continuación tomaba asiento sobre un trípode de oro, masticaba hojas de laurel, árbol consagrado a Apolo en recuerdo de sus malogrados amores con la ninfa Dafne, y, aspirando los vapores que emanaba una grieta situada en el suelo, entraba en trance y comenzaba a emitir sonidos que, a veces, se tornaban en divinos mensajes.

Peregrinos de toda Grecia acudían al oráculo de Delfos, caminando o en barco, para hacer sus consultas. Tras ascender a las inmediaciones del monte Parnaso en donde se encuentra el santuario, entraban por la via sacra y se purificaban en las aguas de la fuente de Castalia. A continuación realizaban el sacrificio de una cabra y, seguidamente, realizaban su pregunta. Pagaban unas monedas y esperaban la respuesta. La pitonisa, sentada en el trípode, recibía la pregunta escrita en una tablilla y entraba en trance. Sus enigmáticos sonidos eran interpretados por un sacerdote, que, tras escribirlos en verso, los entregaba al caminante.

Masticando hojas de laurel o inhalando vapores subterráneos, nunca se creyó que la Pitia realmente hablara drogada ... hasta hace unos años. Jelle Zeilinga de Boer, geólogo de la Universidad de Wesleyan, recibió el encargo del gobierno griego de estudiar la viabilidad de construir una central nuclear en terrenos cercanos a Delfos (no llegó a materializarse la idea, de lo contrario hubiera sido una absoluta aberración que hubiera destruido uno de los paisajes más bellos del planeta). De Boer descubrió unas fallas que pasaban justo debajo de las ruinas del templo de Apolo, no eran de origen volcánico, pero sí había indicios de que hubieran emanado algún tipo de gases. En el transcurso de sus investigaciones, una mañana, inesperadamente, una grieta comenzó a emanar gases tóxicos de origen petroquímico. En efecto, la pitonisa estaba completamente "colgada" cuando balbuceaba: acababa de inhalar gases tóxicos euforizantes cuando profirió aterradoras palabras ante Layo: "apártate de tu esposa Yocasta, pues un hijo de ella te matará y será el origen de una espantosa serie de desgracias que hundirán tu casa". La tragedia se materializó con el nacimiento de su hijo Edipo: mató a su padre, se casó con su madre  (madre y esposa a la vez) y tuvo con ella hijos (hijos que también eran sus hermanos), acto antinatural que exigía castigo por varias generaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario